▲ No te pierdas (Mini-trama)

Publicado por Whispers Jue Nov 19, 2015 1:58 pm

Publicado por Whispers Sáb Nov 28, 2015 7:04 pm

Frances ni siquiera miró al compañero -o compañera- que tenía al lado. Estaba, como esperaba que estuviesen todos, escandalizada. ¿Que coño estaba pasando?. Sabía que en ese internado ocurriendo cosas extrañas. Tan solo unos días atrás le había llegado el rumor de que habían encontrado a una alumna pelirroja muerta. Si, tenía que admitir que eso la había impresionado. Estaba más inquieta que de costumbre desde entonces. Siempre se había hecho preguntas que nunca había podido responder sobre Dunkelheit, ¿pero esto?, era demasiado. Tenían que hacer algo, como por ejemplo, escapar de allí.

Frances levantó la mirada, esperando ver a nadie muerto a su alrededor. Después de ver toda esa sangre en suelo ¿Quién sabe si había un asesino por ahí?. Miró de un lado para otro, encontrándose con cabezas gachas y miradas fijas en el suelo. Era comprensible, todos estaban intentando encajar la situación. Volvió la vista hacia el frente, hacia el camino, cuando vio algo. Un brazo. Un maldito brazo, joder. Y para colmo se encontraba colgado de una soga. Frances dudó, tal vez estaba empezando a alucinar con todo este lió. O tal vez iban por el camino erróneo así que dejo de andar. Cogió aire y suspiró antes de alarmar al resto. —Chicos... ¿Me estoy volviendo loca, o justo enfrente hay un brazo colgando de una soga?— Preguntó intentando sonar calmada, no le sorprendería si acababan por responderle que no. Y esperaba la negativa con ansías. También deseaba, que si la respuesta era afirmativa, no enloquecer realmente, por que la mano sujetaba una especie de crucifijo. La idea de los vampiros le vino rápidamente a la mente y se asustó al pensar que por una vez, sus inventos y los de su amigo Cole, podrían ser ciertos. Aún cuando todo parecía un chiste malo.

Publicado por Invitado Sáb Nov 28, 2015 9:32 pm

Todo pareció escandalizarse de pronto. Austin pareció darle un ataque de nervios, y cuando me fijé el motivo por el cual había ocurrido aquello, observé una mancha escarlata regando uno de los troncos de los árboles marcados. Un escalofrío me recorrió la columna, y en cuanto la profesora intentó poner orden a aquello, agarré del brazo a Maxine para atraerla a mí y así poderla tener controlada.
─No te separes. ─le pedí con voz seria, casi en un tono bajo y confidencial.  Fuimos por dónde nos guiaba la profesora O’Ruadháin, siguiendo un sendero a paso ligero para dejar atrás aquella marca teñida de rojo. Pero algo me inquietaba de sobremanera, y a principios de curso hubiera pensado que aquello era una simple broma, pero visto lo ocurrido lo primero que quería era llegar cuanto antes al internado.

Tragué saliva con dificultad, y casi llegué a arrastrar a Maxine para adelantarnos y colocarnos cerca de la profesora. Mi mirada se encontraba fija al frente, pero de pronto algo que se mecía plácidamente en el aire me hizo levantar la vista. Un brazo. ¿Era de plástico? No lo parecía. En absoluto.

─ ¿Tú también lo ves…?─respondí de forma retórica, confirmando las sospechas de la rubia que tenía a mi lado. Aquello ya resultaba escalofriante, y en cuanto reaccioné miré a mí alrededor para observar a los demás compañeros, y también para intentar ver si alguna silueta nos estaba observando. ─ ¡Joder! ¡Vayámonos ya de aquí! Esta excursión nos va a costar la vida. ─maldije en voz alta, sin importar que la gente me escuchara o no. Total, estábamos todos ya cagados de miedo con aquel brazo que nos dio la bienvenida a aquella pesadilla.

Publicado por Invitado Dom Nov 29, 2015 8:18 am

La agradable charla con la pequeña pelirroja, se vio interrumpida cuando todo pareció perder sentido. Ni siquiera la presencia de Joshua le había incomodado durante aquel paseo -al menos, no lo suficiente como para sacarla de sus casillas-, ni siquiera la prepotencia o el descaro de algunos de sus compañeros. Sin embargo, cuando aquellas marcas aparecieron, todo pareció empezar a volverse extrambótico e ilusorio. En un primer momento, Max pensó que se podría tratar de una tontería, una broma de mal gusto o algo antiguo, alguna marca para no perderse, ¿en serio iban a tirar en primer lugar por la opción satánica? Pero en cuanto la sangre apareció...

—Qué asco...— musitó, al tiempo que cerraba los ojos con fuerza, como si el simple hecho de mirar aquella escena fuese a producirle náuseas. Tal vez, la teoría de un ritual satánico no iba tan desencaminada, después de todo. Tan pronto como la profesora les pidió que se pusieran por parejas, notó como alguien tiraba de su brazo y antes si quiera de abrir los ojos de nuevo, sabía que se trataba de Joshua. Le dirigió una mirada algo hosca, ¿no podía simplemente llamarla sin agarrarla? Ni que fuese una niña pequeña. —Descuida.— Respondió, pero no tenía tampoco intención de hacerlo.

Siguieron avanzando y Maxine sabía que cada vez se estaba poniendo más nerviosa porque no encontraba algo lógico y normal para explicar aquello que acababan de ver. Tal vez... tal vez era sangre falsa, salsa de tomate, una broma de mal gusto... Sus pensamientos se detuvieron cuando, una vez al alzar la mirada, se encontró de lleno con un brazo colgado y sangrante, aquello ya sobrepasaba los límites de las bromas de mal gusto. —¡Oh, Dios! ¡Dime que es falso, dime que es falso!— exclamó, al tiempo que escondía la cabeza sobre el hombro de Joshua, como acto reflejo, al tiempo que volvía a cerrar los ojos. Por primera vez, ambos hermanastros estaban de acuerdo en algo, y Maxine no dudó en agarrar entonces el brazo de Josh para intentar que se alejasen de allí. —Ti..tiene razón, no vamos a quedarnos aquí, ¿verdad, profesora? Lo más sensato es volver cuanto antes, avisar a la dirección, a la policía...— balbuceó, intentando no mirar hacia aquella grotesca imagen.

Publicado por Invitado Dom Nov 29, 2015 9:30 am

La que yo taché de simple excursión molesta, sin más incidencia que el tener que caminar junto a mis compañeros, fue erizando la piel a cada uno de nosotros a medida que nos adentrábamos en el bosque. Y no por la sangre o los miembros amputados; la simple niebla y la oscuridad eran suficientes para que el más valiente no se atreviese a caminar por ahí solo.
Las marcas de los árboles, inocentes a simple vista -aunque guardaban secretos macabros de otras épocas que a mí me enfadaban desmesuradamente-, dejaron de parecerlo en cuanto un muchacho rubio mayor que yo comenzó a gritar. Había localizado algo extraño en ellas; una cosa que no debía estar ahí, en un apacible bosque sin más presencia humana que la nuestra. Caminaba distraído, con los puños apretados y el ceño fruncido, así que necesité de más murmullos que sus simples gritos para salir de la nebulosa de mi mente. La profesora fue quien tomó el mando de la situación enseguida, obligándonos a caminar aún más pegados por miedo a que nos separásemos. Bastante curioso, alcé la cabeza del arbusto que había estado observando para ver qué era lo que tanto había alertado al grupo. Una sustancia roja y pegajosa manchaba la cruz que el rubio señalaba. Entonces, volví a fruncir el ceño.
La bromita que tanto me temía que hubiesen preparado se cernía sobre nuestras cabezas.

Me coloqué al lado de un alumno al azar -al que ni siquiera miré- y continué dando zancadas detrás de la profesora. Seguía sus normas a pesar de que no compartiese las ganas de pasar miedo aquel día. Hubiera sido más lógico que también estuviese asustado pero, sinceramente, no podía dar crédito a lo que estaba viendo. ¿Asesinos sueltos en un perímetro tan controlado? ¡Por favor! ¿Quién daría crédito a las palabras de los alumnos? La fecha pedía a gritos una celebración terrorífica, ¿cómo iba a plantearme ni por un segundo que aquello fuera real? Los altos mandos del colegio debían de haber preparado la escenografía para asustarnos a todos. Cuando la profesora nos guiase al claro del bosque al que trataba de llevarnos encontraríamos comida, quizá una fogata y muchas risas ante nuestro terror.
Seguro.

—Es Halloween, joder. ¿Podéis mantener un poco la calma y actuar como seres racionales, aunque no lo seáis? ¿No cabe la posibilidad de que todo esto se trate de una maldita broma para asustarnos y ya? —comenté en voz alta, con una mezcla de exasperación y aburrimiento. Tenía nuevamente las manos dentro de los bolsillos y en ese momento me encontraba parado a varios metros del “brazo ahorcado”, observándolo con curiosidad. Muchos de mis compañeros parecían al borde del ataque de pánico. Yo sólo tenía ganas de volver al internado y meterme en mi cama. —Críos. —añadí con un suspiro cansado.

Publicado por Jack A. Hudson Dom Nov 29, 2015 12:06 pm

Publicado por Invitado Dom Nov 29, 2015 9:12 pm

Mejor dejar el tema. Pensó. Ya que Onyx había decidido desviarlo y centrarse en las explicaciones de la profesora, y el otro muchacho (Jack) había seguido con el tema de las cacerías, CJ decidió dejarles hacer y olvidar lo sucedido, por el momento. Volvió a guardar silencio y empezó a caminar deshaciéndose del agarre de Onyx. No podía quejarse de que él hubiese invadido su espacio personal –pese a que se moría de ganas de dejar claro que odiaba que la tocasen–, básicamente porque ella lo había hecho antes en un intento de calmarle. Técnicamente, ella misma se lo había buscado, así que, por aquella vez, Onyx iba a salir impune del acto. Se apartó de ellos, adelantándose, siguiendo los árboles y dándose cuenta de que, a cada paso, las cruces estaban más presentes entre ellos, hasta que divisó el árbol manchado de sangre. Frunció el ceño, no le hacía falta acercarse más para darse cuenta de que la sangre era fresca. Goteaba, era todo cuanto necesitaba para ver que era reciente. Se giró hacia Onyx cuando la profesora sugirió que fuesen en parejas.

—Tal vez no sea buena idea seguir por aquí —comentó, completamente en contra de lo que gritaba su cabeza (¡Investiguemos!), y alargó el brazo para señalar la mancha de sangre de la corteza del árbol a su compañero. De haber estado sola no lo hubiese pensado, pero allí había un grupo de alumnos, algunos con más posibilidades de morir que otros… Siguió los pasos que marcaba el resto del grupo y cuando empezaron a gritar como poseso comprendió que, tal vez, tampoco el camino contrario había sido el adecuado. Agarró el brazo de Onyx— Apostemos —mencionó— ¿Wendigo u hombre lobo? —subió y bajó las cejas mirando a su amigo, dando un toque de cabeza hacia el brazo colgante. Daba por sentado que aquello no era más que una broma por parte del internado... Y ella no iba a asustarse tan fácilmente... A no ser que no hubiese nada de luz o apareciesen avispas...

Publicado por Invitado Lun Nov 30, 2015 11:39 am

Estaba detrás de todo el grupo. Vio como estaba formado por personas de su curso hasta niños. Pero él era el mayor de todos. Lo sabía. Miró a la profesora, no sabía que leches estaba sucediendo. Se frotó las cienes, no se acordaba de los años pasados en esa misma fecha. Hasta él mismo había bromeado muchas veces de hacer grandes trastadas el día de Halloween. Pero en aquel momento había sangre, sangre de verdad. Quizás fuese animal, eso quería pensar. Pero cuando el pánico se corrió por todo el grupo, un gran murmullo hizo que Austin admirara la obra de arte que se representaba frente a sus ojos. Un brazo. Colgando. Un brazo. Abrió muchos los ojos y apretó los dientes. Iba empujando a sus compañeros, intentando llegar a la profesora. Pero un comentario inoportuno le hizo pararse a medio camino. Se acercó lo suficiente para que la conversación quedase en un susurro. (Jack)

- Espero que no seas artífice de esta broma. Y que tus sospechas hacia los profesores sea verdadera. Hay niños. Críos como tú dices. Críos de verdad. Si tanto te haces el mayor, no son formas de mantener la calma. – sentenció. Eso era lo que debía hacer. Pero a él no le habían importado nunca ningún crío del internado, ni él mismo se había importado.

Empujó al resto de chicos que estaban separándole de aquel extraño hecho. Un camino se abría ante ellos, con la arena movida y manchada de lo que podría ser sangre, más oscura entremezclada con el suelo. Entonces la vio, volvió a enfocar el brazo y la vio. El vello se le puso de punta, los labios comenzaron a temblarle. Las manos no sabían reaccionar. No sabía si cogerla, si dejarla ahí, si ignorar el hecho de que sabía de qué se trataba. No tenía la cadena, ¿pero quién dudaba de que no fuese de ella? No creyó que existirían dos iguales. No, Ophelia... Se refregó los ojos antes de que las lágrimas saliesen. Ahora sabía que no era una broma. - La cruz... - susurraba cada vez más alto - La cruz... - señaló a la cruz mientras se daba la vuelta, sin cubrir su rostro rojizo. Sus ojos se enfrentaron a la dureza de C.J. que sólo tenía miradas para Onyx. Cerró los ojos con fuerza - Esa cruz... la... conozco... Es... Es de la profesora Ophelia. - enmudeció al decirlo - Creo que... - Y salió corriendo por el camino de tierra manchada, no podía ser.

OFF:

Publicado por Invitado Jue Dic 03, 2015 2:27 pm

El chico rubio que nos había alertado de la presencia de sangre en las marcas se acercó a mí para musitar lo que yo me tomé como una advertencia. No me amenazó directamente, claro, pero sus palabras dejaban entrever que volvería a toparse conmigo si se enteraba que yo había organizado la jugarreta. Tuve que tragarme el soltar una carcajada en voz alta con la que únicamente hubiera conseguido echar más leña al fuego. Gastar ese tipo de bromas le correspondía a las personas desocupadas o inmaduras, no a alguien que se preocupaba por su futuro y que no pretendía jamás que los demás pasasen un buen rato.
Viré el rostro, mirándolo fijamente, y enarqué una ceja como respuesta inicial. La impetuosidad, si era ajena, me molestaba mucho.

—Claro, porque es mucho más lógico ponerse a gritar como un loco que vamos a morir todos. Decir que se trata de una broma calma a las masas. Portarse como un estúpido aterrado, no. —respondí tranquilamente, encogiéndome de hombros ante tal evidencia. Siempre creía que la razón jugaba a mi favor, pero en esa ocasión estaba cien por cien seguro de mis planteamientos. ¿Quién, en su sano juicio, hubiera pensado que estábamos ante un verdadero asesinato, o lo que fuera aquello?

Me cansé. Me cansé de escuchar idioteces, quejas y de ver cómo los demás continuaban lanzando leña al fuego. Incluso llegaron a molestarme las burlas que se sumaron a las mías propias. Necesitaba volver al internado, descansar y anotar en mi cuaderno que jamás volviese a acudir a una excursión. Por eso decidí acabar con la broma cruzando la barrera invisible que parecíamos tener todos delante; la que nadie había cruzado para acercarse al brazo. Caminé a zancadas hasta el árbol donde estaba colgada la “evidencia del delito”, colocándome encima de la sangre que yo juzgué como falsa, y saqué ambas manos de los bolsillos. En mi rostro continuaba vigente el aburrimiento que aquella situación me causaba; cero emoción, sonrisa inexistente.

—¡Vamos, que es de plástico! ¡Dejad ya los lloros y las gilipolleces, joder! Es Halloween, estamos en un bosque y esto es una broma. ¡Una brom...! —me sumí en un silencio sepulcral antes de terminar la frase, notando cómo se entrecortaba incluso mi respiración. Mientras hablaba había decidido golpear la mano con la mía propia, como si fuéramos dos amigos que se encuentran después de mucho tiempo. Yo esperaba toparme con el tacto frío y hueco del plástico, quizá algo pegajoso por la sangre falsa, pero plástico al fin y al cabo. Sí, el brazo estaba frío y húmedo, pero desgraciadamente para mí y mis ideas, no era artificial; no se trataba de un juguete que cualquiera hubiese podido comprar en una tienda de “Todo a cien”.

Me quedé mirando la cuerda con los ojos como platos y la boca abierta. Por un momento incluso parecía que había olvidado cómo se hablaba. De andar, mejor ni referirme a ello. Las piernas se me habían quedado ancladas al suelo, rígidas. Me sentía completamente bloqueado, incapacitado para moverme del sitio. En la mano aún notaba la sangre pegajosa, el tacto frío y repugnante de la carne...
Mi mirada se quedó anclada en el brazo amputado, que se balanceaba ante los ojos de todos por culpa del impulso que le había dado con mi golpe.

—...una broma.

No podía estar pasando. ¡Aquello no podía estar pasando! Si al final resultaba ser todo una broma, yo mismo mataría al artífice.
Pero antes le pediría que me dijese el nombre de la tienda donde vendían esos brazos tan reales. A mi madre le encantaría encontrarlos escondidos en mi armario.

Publicado por Jack A. Hudson Sáb Dic 05, 2015 2:07 pm

Frances no podía creer lo que estaba pasando. Tras la confirmación del chico rubio que estaba a su lado, Austin lo había flipado. Y no solo por el hecho de que había un brazo colgado, obviamente fruto de un desmembramiento, había una cadena enredada en este. Si esto era cierto, y confiaba en que su compañero decía la verdad, podría ser el crucifijo que llevaba siempre encima Ophelia. Su reacción fue (o por lo menos para Frances) la esperada. Si no acababa siendo cualquier otro crucifijo, esto podría significar que algo malo le había pasado a la profesora. O aún peor, que algo horrible estaba apunto de pasar.

Frances miró con asombro al chico que había hablado antes y después del rubio, abriendo mucho los ojos por el desconcierto ante la ingenuidad del chico de los pelos. Bueno. Diferentes personalidades, diferentes reacciones. Algunos se echaban a llorar y otros se negaban a creer lo evidente. Empezando por el significado de la acampada. Que demonios pasaba ¿Es que de repente habían olvidado el porqué tenían que dormir en el bosque todos los años?. Esa era la maldita cuestión, y aparte de que a la escalofriante Directora le hubiese dado un brote psicótico, la idea de que fuese una broma podría descartarse por que ningún alumno lo había llevado a cabo, era demasiado. Además, tantos años de asistencia a las clases de Madame Louise habían dado sus frutos, y estaba completa y absolutamente segura de que eso no era plástico. Las personas solemos idealizar los rasgos, cuando en un asesinato nada lo es. La irregularidades del miembro, junto a la sangre que tampoco era ketchup, mucho menos salsa de tomate y la luz que reflejaba el brazo no era la de una escultura. Por mucho que grandes artistas se esforzasen en crear brillantes obras, imitando la realidad, siempre había algo que fallaba. Y eso era la perfección. Lo que muchos, tantos, anhelan en vano y claramente no existe.

Iba a ir tras su compañero cuando vio al chico avanzar, encaminándose hacia el miembro, emocionado. Pensando que lo que estaba apunto de tocar era de algún material sintético. La rubia ya estaba a medio camino cuando el chico alargó la mano hacia... la mano. Frances cerró los ojos, como si estuviese apunto de recibir un golpe. Ciertamente iban a recibirlo. Por mucho que supiesen que era un puto brazo de verdad, de una persona, colgada allí en el bosque, que lo confirmen por el tacto era otro nivel de alucine.

—Genial, simplemente... Genial— Musitó acortando las distancias, colocándose al otro lado del brazo. Se volteó y miró hacia el chico que aún lo contemplaba estupefacto. —Tal vez no sepamos de quien es o si un asesinato se ha producido en estas instalaciones, pero esto— Señalo el brazo —Como habrás comprobado, es un brazo de carne y hueso— Añadió en un tono neutro, intentando mantener su cabeza fría, pensando que lo más importante era encontrar una solución y que si todos se asustaban existirían posibilidades de acabar como... eso. Además, si alguien no se había enterado de que era de verdad, se lo había aclarado ya. Y por que no, a ella no le avergonzaba el admitir que ella misma lo necesitaba —Eso si, hay miles de cadenas iguales a las de Ophelia, esta podría ser una de las miles de millones que se venden por todo el mundo— Mintió, manteniendo su voz en el tono suave que utilizaba cuando sabía que tenía razón. Sin embargo, eso no era lo que sentía y creía. ¿Que posibilidades había de que a la profesora no le hubiese ocurrido cualquier cosa, cuando te encuentras semejante panorama en medio del bosque?. Miró hacia adelante, por donde había salido corriendo Austin apenas un par de minutos antes, volvió el rostro hacia los demás y expuso —¿Planeáis quedaos aquí? —Preguntó mirándolos a todos, su mirada se detuvo en la Víbora en tacones y sonrió abiertamente —A ver quien se salva el culo antes, bocazas— Asintió en su dirección y echó a correr.

Publicado por Invitado Sáb Dic 05, 2015 7:15 pm

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